Entre los colores con más poder, destaca y destacará siempre el naranja. El color por excelencia del sol y de sus rayos, este representa en muchas culturas, entre otras cosas, la transformación.
Este cálido tono produce calor de manera natural, dando intensidad a bocajarro pero sin la violencia a la que el rojo podría incitar.
Combina, en cambio, la pasión del rojo con la felicidad y vibración del amarillo, siendo así indicador de optimismo y alegría.
La energía que atraemos al usar el naranja en nuestras paredes o espacios es siempre de armonía y equilibrio.
Quienes visten de naranja, además, desbordan vitalidad y energía positiva a donde quiera que ven, proyectando seguridad y felicidad ilimitadas.
En la gente joven, específicamente, se recomienda este tono ya que está asociado con la extroversión, la juventud y las emociones fuertes.
El naranja es el color por excelencia de la alegría, la diversión y la emotividad. Es un excelente antidepresivo y un increíble incitador a la felicidad.
Por último, motiva el apetito de manera importante. Por eso se recomienda también para ser usado en negocios que tengan que ver con la ingesta de alimentos.
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