Este fin de semana habrá seres especiales sobrevolando las ciudades por ser noche de brujas, mejor conocido como Halloween. Puede que seas uno de los muchos amantes de esta festividad pero seguramente aún no conoces bien su origen, quédate para descubrirlo.
A diferencia de años anteriores, en esta ocasión lamentablemente no podrás salir a lucir tu mejor disfraz, ni pedir dulce o truco. Pero a pesar de eso, sería genial que no te desanimes y puedas festejar la noche de brujas en familia y puedan darse la oportunidad de conocer la historia de la celebración.
Aunque no lo creas, en realidad Halloween no comienza como una tradición de Estados Unidos, sino que nace en Reino Unido. El nombre que se le dió inicialmente se refería a la víspera de todos los santos, pues en inglés era “All hallows’ eve”.
A partir de esta interpretación, la iglesia católica lo adoptó como una festividad que hoy conocemos como Día de todos los santos. En el cual se busca honrar a los fieles difuntos que se encuentran disfrutando, al lado de dios, su vida eterna y sin ser reconocidos como santos.
La noche de brujas se relaciona, desde el siglo XVIII, con un antiguo culto pagano proveniente de la cultura celta y que recibía el nombre de Samhain. Este se festejaba durante tres días a partir del 31 de octubre y su propósito era celebrar el inicio de los días cortos y fríos característicos de octubre.
En el siglo VIII, el papa Gregorio estableció que el día de todos los santos se celebraría el primero de noviembre y aunque aún no se sabe si este cambio fue para obligar a los católicos a celebrarlo o para cristianizar samhain. Lo real es que esto ocasionó que ocurriera una mezcla entre las tradiciones paganas y cristianas.
Durante ese tiempo, las hogueras eran comunes entre las personas pues se utilizaban para quemar la paja de fin de temporada de las cosechas. Pero luego comenzaron a utilizarse para hacer rituales contra la brujería y para repeler algunas enfermedades. Además se empezó a popularizar la adivinación, en donde las personas trataban de predecir quiénes serían los próximos socios.
Dentro de la tradición, algo muy importante era la comida, los niños acostumbraban a ir por las casas cantando, rimando y rezando en beneficio de las almas de los ya fallecidos. Lo que recibían como recompensa eran deliciosos pasteles que simbolizaban la libertad de un alma del purgatorio.
Pero entonces, ¿cómo llegó esta celebración a Estados Unidos? Te preguntarás. Bien, pues fue durante la hambruna en Irlanda lo que provocó que más de un millón de personas del Reino Unido emigraran a Estados Unidos. De esta manera llevaron hasta ese país un cúmulo de tradiciones y mucha historia que poco a poco se fue adoptando.
Se agregaron a la festividad algunos aspectos representativos como el espantapájaros para las decoraciones. También se comenzó a escuchar la frase trato o truco que ocupaban los niños junto a una calabaza que utilizaban para recolectar sus recompensas.
En la actualidad, la noche de brujas ha tomado el puesto número uno de las festividades no religiosas más grande de todo Estados Unidos. Con el paso del tiempo se ha ido exportando a otros países de latinoamérica, compartiéndonos sus culturas y costumbres.
Esta es hasta hoy una tradición que permite a todas las personas afrontar sus miedos e incluso tomarlos a juego. Así como recordar a los que se han ido de este mundo terrenal pero que siguen latentes en nuestros corazones.
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