Jesucristo en el Huerto de los Olivos

Jesucristo oró por en el huerto de los Olivos la noche anterior a su aprehensión. En el inicio de la semana santa, quiero explicarte un poco sobre este suceso y el enorme significado que tiene para los católicos.

“Llegado al umbral de su Pascua,
Jesús está en presencia del Padre.
¿Cómo habría podido ser de otra manera,
dado que su diálogo secreto de amor
con el Padre nunca se había interrumpido?
“Ha llegado la hora” (Jn 16, 32);
la hora prevista desde el principio,
anunciada a los discípulos,
que no se parece a ninguna otra,
que contiene y las compendia todas
justo mientras están a punto de cumplirse en los brazos del Padre.
Improvisamente, aquella hora da miedo.
De este miedo no se nos oculta nada.
Pero allí, en el culmen de la angustia,
Jesús se refugia en el Padre con la oración.
En Getsemaní, aquella tarde,
la lucha se convierte en un cuerpo a cuerpo extenuante,
tan áspero que en el rostro de Jesús el sudor se transforma en sangre.
Y Jesús osa por última vez, ante del Padre,
manifestar la turbación que lo invade:
“¡Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz!
Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lc 22, 42).
Dos voluntades se enfrentan por un momento,
para confluir luego en un abandono de amor ya anunciado por Jesús:
“Es necesario que el mundo comprenda que amo al Padre,
y que lo que el Padre me manda, yo lo hago” (Jn 14, 31)”

Él acostumbraba orar en ese sitio. Esa noche, en el huerto de los olivos o Gethsemaní, Jesucristo usó el poder de la oración para conectarse con su Padre, se abandonó a su voluntad y así fue como comenzó a cumplir su misión en la tierra, que fue la de sacrificar tu vida por nuestra salvación.

Hay muchos mitos en torno al olivo, que es un verdadero ícono para los creyentes. Árbol originario del Mediterráneo. Los egipcios tenían la creencia de que Isis, esposa de Osiris, había transmitido a los hombres este árbol sagrado para utilizar sus frutos. Los fenicios y cananeos el aceite de olivo era una magnífica ofrenda. Los griegos lo ofrendaban a la Diosa Atenea,

El olivo también es el símbolo de la victoria y la paz. En los Juegos Olímpicos eran recibidas en señal de triunfo coronas trenzadas con ramas de olivo en la Acrópolis. Para los judíos es símbolo de sabiduría. Isaías hablaba de éste como símbolo de prosperidad.

El huerto de los olivos, el árbol y su fruto se vincularán por siempre al ingreso de Jesucristo en Jerusalén, asociado al calvario y su pasión. La rama del olivo antiguamente adornaba los ataúdes cristianos y su aceite ardía en las lámparas ante las tumbas de algunos religiosos.

Esa es la razón por la cuál los católicos reciben en la frente la ceniza que se obtiene de una cremación, hasta la fecha, muchas veces realizada con aceite de olivo.

 

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