Uno de los elementos más simbólicos e importantes para los católicos, especialmente los mexicanos, es el manto de la Virgen de Guadalupe. Esta pieza tiene una historia increíble que ha sido incluso estudiada por algunos investigadores.
La primera vez que la Virgen apareció fue el 12 de junio de 1531 en el huipil de San Juan Diego y la imagen de esta aparición se encuentra ubicada en el santuario de la Ciudad de México. El objetivo de su visita fue solicitarle a Juan Diego que construyera un templo en el cerro del Tepeyac en honor a ella.
El manto de la Virgen de Guadalupe guarda una simbología que pocas personas conocen, pues cada elemento que se encuentra plasmado en esta imagen tiene un significado especial.
Su mirada apunta hacia abajo como símbolo de respeto y reverencia, a través de ella transmite bondad y compasión por sus hijos. En cuanto a sus manos podemos notar que estas se encuentran unidas dispuestas a la oración, esto también simboliza la unión que existe entre todas las razas.
Si observamos con detenimiento es posible observar los rayos de sol que se encuentran alrededor de la Virgen de Guadalupe, este elemento tiene dos significados distintos. Por un lado, hay quienes aseguran que se trata de su aura, pero también se cree que es una representación de que el sol ilumina su vientre.
Es en la luna donde podemos darnos cuenta de la gran identidad que la Virgen representa para los mexicanos, este símbolo nos habla del significado de la palabra México en náhuatl, que quiere decir en el centro de la luna.
El manto de la Virgen de Guadalupe
Este representa uno de los elementos más significativos en la imagen de la Virgen, ya que trata de representar en él el cielo y su inmensidad. Está compuesto por 47 estrellas, las cuales conforman la representación de la constelación que se observaba en el cielo el día de su aparición.
El color del manto también es importante, pues ese color verde nos recuerda el título que tiene la Virgen como emperatriz. Por último, es importante resaltar que la túnica va muy de la mano con este último elemento. Ahí se pueden apreciar nueve arreglos florales, los cuales representan los nueve pueblos de Aztlán.
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