Un método de meditación muy efectivo, aunque no muy utilizado, es la atención plena que básicamente consiste en que estés siempre consciente de lo que ocurre a tu alrededor y en tu realidad. Este método sostiene algunos principios que te ayudan a integrarlo de una manera más sencilla en tu día a día.
El primero de ellos es el estar siempre en el presente, sin ningún tipo de preocupación respecto a tu pasado o a tu futuro. Otro principio es mantener tu atención y sincronizar tu respiración con tu cuerpo físico y mental, también se habla de una aceptación hacia tus sentimientos y emociones sin ningún tipo de juicio.
La atención plena es un método de meditación muy sencillo que puedes llevar a cabo en cualquier lugar o situación en la que te encuentres. Lo único que puede limitar dicha práctica es tu estado emocional o mental, así que procura estar siempre en equilibrio y dejarte vivir cada experiencia.
Nunca te rindas, es posible que no existen cambios la primera vez pero debes seguir intentándolo, claro que se necesita de mucho tiempo y esfuerzo para concentrarte únicamente en el presente. Práctica con diferentes ejercicios que te pueden ayudar a tener atención plena en el presente mientras realizas tus actividades cotidianas.
Ejercicio para la atención plena comiendo
Comienza por concentrar todos tus sentidos sobre la manzana, primero observa su color, tamaño y forma, luego comienza olfatear cada uno de sus olores. Dale una mordida a esta fruta y contempla cada uno de sus sabores, disfruta masticarla y sé consciente del camino que sigue tu saliva.
Cuando ya hayas terminado de masticarla y tragado por completo piensa en cómo te sientes y cuestionar tu estado emocional en el presente, también puedes hacer esto mientras te bañas, lavas los trastes o haces cualquier otra actividad diaria.
Ejercicio para la atención plena: permítete sentir
Adopta una posición cómoda, ya sea sentado, acostado, con almohadas, en un tapete o como mejor te sientas. Concéntrate en lo que sucede con tu cuerpo, de preferencia cierra los ojos y permítete ser consciente de todas las sensaciones que experimentas.
Acepta cada emoción, sentimiento y sensación que ocurren en tu cuerpo y si es posible busca un nombre para cada sentir. Una vez que creas haber evaluado cada sensación concéntrate en tu respiración, relájate y abre los ojos pra terminar con el ejercicio.
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