Los colores de la Semana Santa: descubre cuáles son y su significado

Los colores de la Semana Santa.- La Semana Santa es un tiempo de reflexión sobre la vida de Jesucristo y las acciones que llevó a cabo por nosotros sin importar su sufrimiento. Durante estas fechas, los colores tienen una gran importancia pues nos ayudan a entender mejor la historia de nuestro señor.

En el año litúrgico celebramos el misterio de Jesús y los colores que forman parte de esta etapa son recursos que nos ayudarán a entender este proceso. Así es que hoy te ayudaré a comprender el significado de los colores que se utilizan durante la Semana Santa para que puedas entender mejor esta época.

Morado

A partir del miércoles de ceniza y hasta el Jueves Santo es un tiempo litúrgico conocido como cuaresma y se utiliza el color morado, uno de los principales colores de la Semana Santa. Durante los tres días previos al triduo pascual, lunes, martes y miércoles, se usa este color para invitarnos a hacer el ayuno, la penitencia y la oración.

Rojo

El sufrimiento de Jesucristo es lo que más se hace presente durante el Viernes Santo y es precisamente el color rojo lo que mejor lo representa. Aunado a esto, se hace referencia a la adoración de la cruz, pues es ahí en donde Jesús entregó su vida para el bien de nosotros los hombres.

Blanco

Este es otro de los colores que se utilizan en la semana santa, específicamente el jueves santo durante la misa crismal, ya que la comunión de los sacerdotes es de gran importancia, pues además se preparan los óleos de todo el año. Y en la tarde de este mismo día se lleva a cabo la última cena, un acontecimiento que conmemora la institución de cristo en la eucaristía.

Después, en el sábado santo, el color blanco vuelve a emplearse durante la vigilia pascual, aquí este color representa la alegría inscrita por ese símbolo de luz y el agua en el bautismo. Y el blanco se continúa utilizando durante el tiempo pascual hasta la llegada de la fiesta de Pentecostés, cuando se retoma el color rojo como símbolo del fuego que el Espíritu Santo pone en nuestros corazones.

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